Hola!!!
Como ya bien sabes, puedes empezar viendo mi video o seguir derecho para empezar a leer mi artículo.
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Una vez llegado a la otra orilla, sintió tristeza al pensar en abandonar su embarcación. Consideraba todo un logro personal haberla construido y le gustaba contemplarla. De modo que decidió cargarla sobre sus espaldas y reanudó su marcha.
Pero, conforme iba pasando el tiempo, sus pasos se hacían cada vez más torpes y lentos. A pesar de que el camino era más fácil, se iba quedando sin fuerzas, y empezó a preguntarse si había valido la pena cambiar de orilla. Tardó tiempo en darse cuenta del desgaste que le estaba suponiendo llevar la balsa a sus espaldas mientras escalaba hacia las cumbres de la montaña.
Finalmente decidió abandonar su carga y se sintió más ligero y más equilibrado.
Este hombre tuvo un apego emocional o material por su balsa, lo cual lo obligó a echarse una carga encima, que a la larga no le trajo ningún beneficio.
Cuántas cargas nos podemos echar encima durante nuestra vida y tardar en darnos cuenta que ésta, en vez de aliviar o facilitar el camino por la vida, lo que hace es entorpecer, retrasar, dificultar nuestra andar.
A veces cargamos con cosas que no nos corresponden, que no son nuestra responsabilidad. Otras veces nos da miedo o temor de descargarnos de algo por el qué dirán.
Las cargas ajenas son las más comunes, y nos hacemos cargo de ellas por tratar de ayudar a un familiar, a un amigo, a un compañero de trabajo, etc. Pero si te niegas no significa que seas egoísta.
Otras veces, esas cargas ajenas que soportas, sí un día decides no seguir con ellas, el dueño de la carga se resentirá contigo como si ella fuera tu obligación.
Gálatas 6:5 dice:
"porque cada uno llevará su propia carga"
Pero existe un mensaje muy hermoso que nos regala Jesús en Mateo 11:28:
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados , y yo os haré descansar."
Jesús nos invita a seguirle; para los no creyentes es un llamado a creer en Él y para nosotros los creyentes, es un llamado a que seamos sus discípulos.
Te invito a que hagamos una oración para aliviar nuestras cargas propias y ajenas.
Amado Dios, Señor todopoderoso, Padre nuestro, hoy te pido por todos aquellos que llevamos sobre nuestras espaldas el peso de nuestras cargas, aquellas propias pero también las ajenas. Alivia oh Señor, el peso causado por nuestras culpas, por nuestros pecados, por nuestras malas decisiones, por nuestros remordimientos.
Permite Señor que todo aquel que se sienta cansado y abatido pueda descansar en tí y renueve sus energías, permite Padre que todo aquel que se sienta frustrado y decepcionado se alimente de tu Espíritu, permite Dios Santo que todo aquel que se sienta perdido y desorientado encuentre en tí su camino.
Acepta Señor nuestro sincero arrepentimiento, perdona nuestros pecados, aligera nuestra carga, aceptamos tu yugo Señor, porque como dice tu Palabra "porque mi yugo es fácil y mi carga ligera". Te lo pedimos Señor en el sagrado nombre de Jesús de Nazareth.
Amén