martes, 2 de junio de 2020

Tu fe te ha salvado

Dice la palabra de Dios en el Salmo 118:17:

Salmo 118:17


Sabes una cosa, del diagnóstico médico de una enfermedad letal, cuando recibimos malas noticias, que parecen irreversibles, cuando nos encontramos en esas situaciones que no tienen solución humana o estar en medio de una crisis como la que vivimos hoy, eso como que mata nuestros sueños. 

Vemos las noticias, hablamos con los vecinos y escuchas a todo el mundo con esa voz pesimista y fatalista que solamente nos invita a rendirnos, a agachar la cabeza y a no seguir.

Hoy solo quiero decirte algo: 

Levanta tu mirada al cielo y no dejes que se derrumbe tu mundo, no hay que caer ante el temor, por que es justo en este momento cuando Dios viene a despertar tu espíritu para que reacciones correctamente, para que revises en quién tienes tu esperanza y entonces decidas vivir.

La vida a veces parece que quiere hacernos la encerrona (la cuarentena 😊 ), nos deja allí con tanto desastre, y lo importante ante esto es asumir la actitud correcta. Una actitud de Fe y de confianza en Dios. 

En esta oportunidad Dios quiere hablarte a través de su palabra, si miramos el Salmo 73:28 podemos leer lo siguiente:

Salmo 73-28

Y eso es que lo debes hacer, confiar en Él, descansar en Él, estar cerca de Él, por que Él es tu refugio. ¿Quién hace esta afirmación de que no va a morir, sino que va a vivir para contar las obras del Señor?  El que sabe que su Padre eterno es el Todopoderoso. Sabemos que Él es el Rey del Universo y que así pronostiquen lo peor, tenemos la certeza de que nuestro Padre que está en el cielo, no se le escapa nada de las manos porque ninguna realidad terrenal está por encima de las verdades divinas que nos rodean.

Por eso la Palabra de Dios en Lucas 17:19 dice:

Lucas 17:19
Decirle a los demás: Yo estoy aquí por que mi fe me sanó, mi fe me salvó, en quien yo creí me protegió, por encima de todo pronóstico, por encima de cualquier circunstancia, por que ese cumplimiento de su palabra es un cumplimiento profético, es mi destino.

Que hoy podamos decir: Dios para mí estar cerca de tí es mi bien. En tí Señor he puesto mi esperanza, mi refugio eres tú. Para contar todas las obras maravillosas que tú haces conmigo.

Entonces vamos a permanecer creyendo, edificando esa fe día a día. Tratando de alcanzar eso que Dios nos prometió, persiguiendo, creyendo en esperanza, contra toda esperanza, pero jamás postrados en las quejas como víctimas, allá arrinconados, porque nunca debemos darnos por vencidos, sin entregarnos a ningún tipo de sentencia de muerte.

¿Sabes por qué? Porque Jesús dijo: 

"Muerte, yo seré tu muerte"

Porque el Señor la venció. Así que hoy, ese virus, esa enfermedad, ese problema que tienes está aniquilado en el nombre poderoso de Jesús.

Nosotros tenemos que hacer lo que Dios dice que hagamos, refrescar nuestra esperanza en Él, en Él tengo toda mi esperanza, hasta que el Señor lo mande, ningún sepulcro te va a poder encerrar, no señor. Lo que Dios se propuso contigo se va a cumplir, así que hoy vamos a declarar ante todo el mundo físico y espiritual: No moriré sino que viviré para anunciar las maravillas de mi Dios, en el nombre de Jesús. Amén.


 


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