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jueves, 25 de junio de 2020

Regalos y Bendiciones

Estoy seguro que muchos de ustedes se identificarán con situaciones como estas, de vivencias de hace muchos años, de circunstancias parecidas o similares que nos tocó vivir.

Un  niño de 8 añitos, cuyo padre había fallecido, veía como el esfuerzo de su madre, trabajando doble turno, no les alcanzaba para lo necesario.

Sin embargo, lo que faltaba en lo material lo compensaba el amor y la unidad familiar.

En días cercanos a la celebración del Día de la Madre, el niño pensaba que no era justo no tener nada que darle a su madre de regalo, tanto que ella se sacrificaba por ellos, por lo menos se merecía un detalle de su parte. Pasaba por las calles del comercio y veía en las vitrinas las cosas que le gustaría comprarle a su mamá pero no tenía cómo.

Al caer la noche, triste, apesadumbrado y con la intención de regresar a su casa, ve en su camino una moneda en el piso que brillaba en la oscuridad. La recoge, se devuelve hacia las tiendas que había visto hace unos momentos, entra a la primera que ve, se acerca a la vitrina para preguntarle a la vendedora para que le alcanzaba esa moneda. Entristece de inmediato, cuando le dicen que allí no podía comprar nada con una sola moneda.

Sale de la tienda y se da cuenta que al frente hay una floristería, con la esperanza de que allí la moneda sí le alcanzará para un regalo, entra y le pregunta al dueño del negocio:

"Señor, ¿qué puedo comprar con esta moneda? ¿Me alcanza siquiera para una flor?"

El propietario se le acerca y le dice:

"Espérame aquí un momento, iré a ver para qué te alcanza esa moneda"

Al rato, el dueño regresa con un ramo de rosas rojas con su lazo plateado.

"Ahora si me puedes dar la moneda. Justo tenía esta oferta y valen lo que tienes ahí. Menos mal que llegaste justo a tiempo."

El niño le da las gracias, le paga, se despide y sale brincando de alegría.

Más tarde, el dueño de la floristería le cuenta a su esposa lo sucedido:

"Imaginate que esta mañana antes de abrir, sentí un impulso por guardar una docena de rosas para un obsequio especial, no sabía porqué, pero lo hice. ¿Y sabes qué? Antes de cerrar el negocio, un niño entró con la intención de comprarle una flor a su mamá con una sola monedita que traía. Y ese niño era como yo hace muchos años, cuando no tenía nada con que comprarle un regalo a mi madre. Pero hoy entendí que esa corazonada vino de Dios para que yo le diera esas rosas a ese niño, que él se fuera feliz y que también hiciera feliz a su mamá"
 
Muchos de nosotros, cuando llegan fechas especiales, nos sentimos presionados para darle un regalo a nuestros familiares, y está bien que así sea, si tenemos la manera, la facilidad para hacerlo.

Pero sin ser la fecha especial de nada, qué tal si le damos algo a alguien que no es de tu familia, a alguien que jamás hayas visto, a alguien que tenga una necesidad, tenderle la mano comprandole los que nos ofrecen en la calle (pulseritas, almanaques, lápices, libros para colorear, etc.) sin regatearles el precio, sin pedirles descuento.

Que mala costumbre tenemos que a personas humildes les pedimos descuento por lo que ofrecen, y su necesidad hace que cedan con tal de ganarse algo.

Mateo 25:40 dice:

Mateo 25:40

Te invito en estos tiempos de necesidad de mucha gente a ayudar, a apoyar, a regalar, a dar de lo poco o mucho que tengas, hazlo de corazón, libre de cualquier intención y Dios que está en los cielos lo verá. 

A continuación la canción que les comparto en el día de hoy:



lunes, 22 de junio de 2020

Mensaje especial para Yenny y para todo aquél que necesita consuelo hoy.

Ayer les compartí una nueva fábula, la de la oruga y la mariposa, espero que la hayan disfrutado, solo que le puse un nombre diferente a mi mensaje, se llama: El mundo es para los valientes. Recuerda el 3-3-3 😉, 3 horas de escritura, 3 minutos de lectura y 3 segundos para compartir.

Pero hoy solo traigo un mensaje de consuelo para una amiga ya que su papá falleció, sus últimos días no fueron los mejores, pero sin embargo, ella, su hija, se mantuvo al lado de él, oraba junto a él, le decía que pidiera al Señor perdón por sus pecados, que le entregara su corazón a Dios.

Cuando ella me informó de su fallecimiento, le pedí a Dios una palabra de esperanza, una palabra de aliento que le diera consuelo en estos momentos tristes.

Quiero compartir con ustedes la palabra que Dios me dió:

1 Tesalonicenses 4:13-18

Así que, una promesa nos hace Dios: 

Que así como Jesús murió y resucitó, así también hará con todos los que murieron en Él, con Cristo en su corazón. Y ellos, los que murieron antes que nosotros, se levantarán primero a la nueva vida, en el nuevo cuerpo celestial que Dios nos dará.

Esa es la palabra de aliento y de esperanza que Dios nos da.

Y estas dos canciones que comparto hoy son para tí Yenny...