sábado, 25 de julio de 2020

Ricitos y el Leñador, una historia de Amor




Dos jóvenes vivían en un pueblito de leñadores situado al lado de una montaña. Él era alto y fuerte, ya que había aprendido a ser leñador desde su infancia. Ella era rubia, de pelo muy largo; tenía los ojos azules, hermosos y maravillosos.


La historia cuenta que se habían ennoviado con la complicidad de todo el pueblo. Hasta que un día, el pueblo entero se puso de acuerdo para ayudar a que ambos se casaran.

Les regalaron una cabaña, con una parcela de árboles para que él pudiera trabajar como leñador. Después de casarse se fueron a vivir allí.

Cuando el día del primer aniversario se acercaba, ella sintió que debía hacer algo para demostrarle a él su profundo amor.

Decidió bajar al pueblo para ver qué podía encontrar allí y empezó a caminar por las calles. Sin embargo, por mucho que caminara no encontraba nada que fuera tan importante y que ella pudiera comprar con las monedas que había ido ahorrando, pensando que se acercaba la fecha del aniversario.

Al pasar por una joyería, vio una hermosa cadena de oro exhibida en la vitrina. Entonces recordó que había un solo objeto material que él adoraba verdaderamente, que él consideraba valioso. Se trataba de un reloj de oro que su abuelo le había regalado antes de morir. Desde chico, él guardaba ese reloj en un estuche de gamuza, que dejaba siempre al lado de su cama. Todas las noches abría la mesita de noche, sacaba del sobre de gamuza aquel reloj, lo lustraba, le daba un poquito de cuerda, se quedaba escuchándolo hasta que la cuerda se terminaba, lo volvía a lustrar, lo acariciaba un rato y lo guardaba nuevamente en el estuche.

Ella pensó: "Que maravilloso regalo sería esta cadena de oro para aquel reloj." Entró a preguntar cuánto valía y, ante la respuesta, una angustia la tomó por sorpresa. Era mucho más dinero del que ella había imaginado, mucho más de lo que ella había podido juntar. Hubiera tenido que esperar tres aniversarios más para poder comprárselo. Pero ella no podía esperar tanto.

Salió del pueblo un poco triste, pensando qué hacer para conseguir el dinero necesario para esto. Entonces pensó en trabajar, pero no sabía cómo; y pensó y pensó, hasta que, al pasar por la única peluquería del pueblo, se encontró con un cartel que decía: "Se compra pelo natural". Y como ella tenía ese pelo rubio, que no se había cortado desde que tenía diez años, no tardó en entrar a preguntar.

El dinero que le ofrecían alcanzaba para comprar la cadena de oro y todavía sobraba para una caja donde guardar la cadena y el reloj. No dudó y le dijo a la peluquera:

- "Si dentro de tres días regreso para venderle mi pelo, ¿usted me lo compraría?"

- "Seguro", fue la respuesta.

- "Entonces en tres días estaré aquí."

Regresó a la joyería, dejó reservada la cadena y volvió a su casa. No dijo nada.

El día del aniversario, ellos dos se abrazaron un poquito más fuerte que de costumbre. Luego, él se fue a trabajar y ella bajó al pueblo.

Se hizo cortar el pelo bien corto y, luego de tomar el dinero, se dirigió a la joyería. Compró allí la cadena de oro y la caja de madera. Cuando llegó a su casa, cocinó y esperó que se hiciera la tarde, momento en que él solía regresar.

A diferencia de otras veces, que iluminaba la casa cuando él llegaba, esta vez ella bajó las luces, puso sólo dos velas y se colocó un pañuelo en la cabeza. Porque él también amaba su pelo y ella no quería que él se diera cuenta de que se lo había cortado. Ya habría tiempo después para explicárselo.

Él llegó. Se abrazaron muy fuerte y se dijeron lo mucho que se querían. Entonces, ella sacó de debajo de la mesa la caja de madera que contenía la cadena de oro para el reloj. Y él fue hasta el ropero y extrajo de allí una caja muy grande que le había traído mientras ella no estaba. La caja contenía dos enormes peinetones que él había comprado... vendiendo el reloj de oro del abuelo.

Qué bella historia...

La Biblia está llena de este tipo de mensajes y de historias que nos guían y nos invitan al amor, el amor de Dios y hacia Dios, el amor hacia tu pareja, el amor a tu prójimo, el amor a tu hijos, el amor a tus padres.

Mira por ejemplo lo que dice Jesús nuestro Señor en Juan 15:9 sobre el amor de Dios:

"Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor"

Efesios 5:25, habla sobre el amor a tu esposa:

"Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella."

Romanos 12:10 nos habla del amor nuestro prójimo:

"Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente."

Y ahora les comparto la canción para esta ocasión, para alabar a Dios nuestro Señor.



domingo, 19 de julio de 2020

Floricienta y el Príncipe




Se cuenta que allá por el año 250 a.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse.

Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.

Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración y sin poder creerlo le preguntó:

- "¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura."

Y la hija respondió:

- "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz."

Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío:

- "Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura emperatriz de China."

La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones...

El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado. Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo.

Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación, la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.

En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella.

Finalmente llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven sería su futura esposa.

Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada.

Entonces, con calma el príncipe explicó:

- "Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: LA FLOR DE LA HONESTIDAD. Todas las semillas que entregué eran estériles."

2 Corintios 8:21, dice:

"Procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres"

La honestidad, la sinceridad, la transparencia, son valores que no sólo deben mostrarse ante Dios sino también ante nuestro diario vivir, en nuestro negocio, en nuestra familia, en nuestro empleo, en cualquier actividad que realices.

Debes ser honesto ante tu familia, ante tu esposo o esposa, ante tus hijos e hijas, Dios nos lo vuelve a recordar en el Salmo 51:6 que dice:

"He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría"

Es tan triste observar repetitivamente como personas que están luchando por conseguir un trabajo (por ejemplo), logran vincularse y luego lo pierden por deshonestos, por avivatos, por querer sacar tajada, por aprovechados, por torcidos.

Solo el camino que Dios nos indica en su palabra nos apartará de la condenación, 2 Timoteo 2:15 nos dice lo siguiente:

"Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad"

La canción que quiero compartir con ustedes hoy me parece muy hermosa: 



sábado, 18 de julio de 2020

¿Para qué quiero una corbata?




Un hombre avanza desesperado por el desierto. Acaba de beber la última gota de agua de su cantimplora. El sol sobre su cabeza y los buitres que lo rondan anuncian un final inminente.

- "¡Agua!", grita. "¡Agua!¡Un poco de agua!"

Desde la derecha ve venir a un beduino en un camello que se dirige hacia él.

- "¡Gracias a Dios!", dice. "¡Agua por favor... agua!"

- "No puedo darte agua", le dice el beduino. "Soy un mercader y el agua es necesaria para viajar por el desierto."

- "Véndeme agua", le ruega el hombre. "Te pagaré..."

- "Imposible. No vendo agua, vendo corbatas."

- "¿¿¿Corbatas???"

- "Sí, mira qué maravillosas corbatas... Estas son italianas y están de oferta, tres por diez dólares... Y estas otras, de seda de la India, son para toda la vida... Y éstas de aquí..."

- "No... No... No quiero corbatas, quiero agua... ¡Fuera! ¡Fueraaaaa!"

El mercader sigue su camino y el sediento explorador avanza sin rumbo fijo por el desierto.

Al escalar una duna, ve venir desde la izquierda otro mercader. Entonces corre hacia él y le dice:

- "Véndeme un poco de agua, por favor..."

- "Agua no", le contestó el mercader. "Pero tengo para ofrecerte las mejores corbatas de Arabia..."

- "¡¡¡Corbatas!!! ¡No quiero corbatas! ¡Quiero agua!", grita el hombre desesperado.

- "Tenemos una promoción", insiste el otro. "Si compras diez corbatas, te llevas una sin cargo."

- "¡¡¡No quiero corbatas!!!"

- "Se pueden pagar en tres cuotas sin intereses y con tarjeta de crédito. ¿Tienes tarjeta de crédito?"

Gritando enfurecido, el sediento sigue su camino hacia ningún lugar.

Unas horas más tarde, ya arrastrándose, el viajero escala una altísima duna y desde allí otea el horizonte.

No puede creer lo que ven sus ojos. Adelante, a unos mil metros, ve claramente un oasis. Unas palmeras y un verdor increíble rodean el azul reflejo del agua. El hombre corre hacia el lugar temiendo que sea un espejismo. Pero no, el oasis es verdadero.

El lugar está cuidado y protegido por un cerco que cuenta con un solo acceso custodiado por un guardia.

- "Por favor, déjeme pasar. Necesito agua... agua. Por favor."

- "Imposible, señor. Está prohibido entrar sin corbata."

¿Cuántas veces Dios te ha brindado la ayuda que le estás pidiendo y tú no la has acogido?

¿Cuántas veces tienes la respuesta en tus narices y eres tan ciego que no la ves?

¿Cuántas veces has rechazado la ayuda de Dios desconociendo que viene de Él?

¿Qué puedes hacer para que esto no te suceda? 

El Señor te está hablando permanentemente a través de su palabra, Santiago 4:8 dice:

"Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones"

¿Cómo entonces te puedes acercar a Dios?

La única manera de acercarnos a Dios es a través de su palabra y a través de la oración. Si nos mantenemos fieles, si escuchamos y obedecemos lo que Él nos manifiesta en su palabra, entonces la relación con Él crecerá y se hará más fuerte.

¿Es difícil?

Si. No siempre es fácil obedecer.

Luchar contra la voluntad humana, renunciar a tus propios deseos, renunciar a tomar decisiones por tu cuenta, se te hace más fácil si cuentas con Él.

La canción para escuchar hoy es...




domingo, 12 de julio de 2020

Sácale filo a tu hacha!!!




Buscando en mi biblioteca digital encontré esta historia para contarles, me gustó mucho y por eso la tomé para ustedes, luego me di cuenta que han escrito mucho sobre ella, hay videos, hay blogs, hay audios algunos de superación personal, de autoestima, de espiritualidad, etc. Sin embargo, eso no me desanimó y aquí les traigo mi versión de los hechos 😇

Un muchacho andaba en búsqueda de trabajo, alguién cercano a él, queriendo ayudarle le dijo que en una zona del bosque habían instalado un campamento y que probablemente estaban necesitando personal. 

Sin dudarlo y confiando en su fortaleza física se dirigió hacia allá, al llegar preguntó por la persona encargada, la cual le recibió, lo entrevistó y finalmente lo contrató.

El joven comenzó a trabajar al día siguiente, llegó temprano y le asignaron una zona del bosque para que talara los árboles con un hacha que le suministraron.

Así que se dirigió hacia su zona y comenzó a talar, ese día fue felicitado por su gran rendimiento. Sin embargo, al segundo día solo logró hacer la mitad del día anterior. Un poco extrañado, porque le había dedicado el mismo esfuerzo, llegó el tercer día decidido a darle muy fuerte a su labor. No obstante a que hizo un enorme esfuerzo para igualar la cifra de árboles talados en su primer día, no llegó ni a la tercera parte de ese número.

Extrañado, agotado y un poco frustrado, se sentó en uno de los troncos recién derribados a lamentarse, cuando se le acerca el jefe y le pregunta:

Dime, ¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?

Cuál sería la sorpresa del joven leñador, que ensimismado en su labor y casi que enceguecido por dar el mejor rendimiento, había olvidado por completo afilar su hacha...

¿Ya afilaste tu hacha?

¿Cuál hacha? Me estarás preguntando.

En 1 Samuel 13:19-22 encontramos la siguiente historia:

19. Y en toda la tierra de Israel no se hallaba herrero; porque los filisteos habían dicho: Para que los hebreos no hagan espada o lanza.
20. Por lo cual todos los de Israel tenían que descender a los filisteos para afilar cada uno la reja de su arado, su azadón, su hacha o su hoz.
21. Y el precio era un pim por la rejas de arado y por los azadones, y la tercera parte de un siclo por afilar las hachas y por componer las aguijadas.
22. Así aconteció que en el día de la batalla no se halló espada ni lanza en mano de ninguno del pueblo que estaba con Saúl y con Jonatán, excepto Saúl y Jonatán su hijo, que las tenían. 
 
Esta es pues la estrategia del enemigo, dejarte sin hacha e incluso evitar que la afiles.

¿Cómo puedo entonces afilar mi hacha?

Tu hacha se afila a través de la oración, a través de estrechar tu relación con Dios, a través de afianzar nuestra comunión con Él.

El enemigo quiere que no tengas tiempo de orar, que no tengas tiempo de leer la biblia, que no tengas tiempo de congregarte.

Así que lo que debemos hacer está en la Palabra de Dios:

Mateo 6:6 - Oración

6. Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público
         

Daniel 6:10 - Tiempo

10. Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.

Josué 1:8 - Leyendo la Palabra de Dios

8. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

Romanos 10:18 - La Fe 

18. Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

 
Por último te invito a suscribirte a mi canal de YouTube, a compartir este mensaje (no falta quien lo esté necesitando en este momento) y a escuchar la canción que siempre te dejo aquí...





sábado, 11 de julio de 2020

Si te exprimen ¿qué saldría de tu corazón?



Un conferencista es invitado a dictar una charla ante un grupo de estudiantes universitarios, al llegar, ve un auditorio totalmente lleno, lo cual lo hace sentir muy bien, "que bueno que mi charla despierte tanto interés", piensa él.

Sube a la tarima, coloca su portafolio sobre una mesa, lo abre y saca de allí una naranja. Luego se dirige hacia uno de los jóvenes de la primera fila y le hace la siguiente pregunta:

- "Sí yo exprimiera esta naranja, ¿qué saldría de ella?

- "Pues jugo!" - le contesta el joven.

- "Pero jugo de qué?" - le pregunta el conferencista.

- "Pues de naranja!" - vuelve a afirmar el joven.

- "¿Y por qué no saldría jugo de mango o de mandarina?" - vuelve a preguntar el maestro.

- "Porque es una naranja, las naranjas dan jugo de naranja" - respondió un poco contrariado el joven.

- "Dígame entonces por qué cuando yo exprimo una naranja sale jugo de naranja?" - pregunta nuevamente el conferencista.

- "Porque eso es lo que tiene adentro" - dice el joven.

- "Ok, estamos de acuerdo" - dice el maestro. - "pero qué pasaría si suponemos que la naranja eres tú y alguien viene y te aprieta, te exprime, y que para hacerlo te comienza a decir cosas que no te gustan, que te ofenden, te presiona. ¿Dime que sale de tí?"

- ¿Será que sale ira, odio, rabia, amargura, miedo, temor? - sigue diciendo el conferencista. - ¿Por qué sale esto?

- "Porque eso es lo que hay dentro" - responde el mismo joven.

¿Qué sale de tí cuando te presionan? 

Si, te pregunto a tí que estás leyendo esto...

¿Te has puesto a pensar que puede salir de tí si te exprimen?

Si alguien dice algo de ti que no te gusta y lo que sale de ti es temor, o rabia, o ira, o resentimiento, o miedo, o angustia, o ansiedad, eso es lo que tienes dentro de ti.

Eso no es por culpa de los que te presionan (tu jefe, tu esposa, tu socio, tu madre, etc.), es culpa tuya que dejas entrar a tu corazón esas sensaciones, lo que dejes entrar depende de ti.

Mateo 15:18 dice:

"Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre"

Lucas 6:45 dice:

"El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca."

¿Qué salió de la boca de Jesús nuestro Señor cuando lo escupieron, cuando lo maltrataron, cuando lo hirieron, cuando lo insultaron, cuando le dieron latigazos, cuando lo humillaron, cuando lo criticaron...?

Solo salieron palabras de perdón y de amor...

Pidamosle a Dios que nos ayude a devolver amor a quienes actúan así contra mí, contra ti. Que podamos vivir cada día, cada circunstancia siguiendo el ejemplo que Jesús nos da a través de la Palabra.

Si estás viendo el video de este mensaje en este momento cierra tus ojos y ora conmigo así:

"Señor, hoy te pido que llenes mi corazón de ese amor que Jesús demostró por quienes lo acusaron y crucificaron, te pido que me des la capacidad de perdonar a todos quienes en algún momento lleguen a ofenderme, a herirme, a ultrajarme, a aprovecharse, o a quienes ya lo hicieron Señor.

Ayúdame a ser débil para que tu amor sea todo lo que necesite, porque como dice tu Palabra, tu poder se muestra plenamente en mi debilidad. Porque cuando yo no puedo, Tú eres el que puede. 

No dejes que mi corazón se llene de sentimientos de venganza, de odio, yo no quiero que de él brote nada de eso. 

Gracias Señor, porque reconozco que soy débil, reconozco que he tratado de resolver y de luchar con mis fuerzas, de batallar yo solo, pero reconozco que esa no es la manera, te necesito a tí a mi lado.

Necesito que tu amor esté en mí y que pueda testificar ese amor donde quiera que vaya. Perdóname, porque he fallado y he pecado.

Estoy seguro Señor, que si te tengo a tí, todo cambiará para bien.

Te lo pido en el nombre de Jesús,

Amén.



domingo, 5 de julio de 2020

El significado de la paz




Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron. El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que ésta reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas. Pero éstas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacífico.

Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, el vio tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido...

El Rey escogió la segunda...

- "Porque", explicaba el Rey, "paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que, a pesar de estar en medio de todas estas cosas, permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz."

Esto es lo que nos enseña Dios, que a pesar de las circunstancias, a pesar de las pruebas, a pesar de las tormentas y los truenos que rodean nuestra vida, en los brazos de Él podemos estar en calma, en paz. 

Al igual que el pajarito en su nido, en el cual estaba seguro que nada le pasaría, aún rodeado de torrentes de agua, bajo un cielo furioso y montañas escabrosas.

Respecto a la paz, Filipenses 4:7 nos dice lo siguiente:

"Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."

Estando con Dios, viviremos en paz aún en medio de las pruebas, aún en medio de la tormenta, aún en medio de las dificultades. 

Se acuerdan del artículo que escribí hace unos días sobre Pablo el hombre de las adversidades? Allí les contaba como Pablo estando preso, sufriendo persecuciones e incluso brutales golpizas que menguaban su salud, vivía en constante contentamiento, fortalecido por la fe en Cristo.

Esa era su paz, ese era su nido detrás de una caída torrentosa de agua, Jesucristo era su resguardo.

Te invito entonces a pedirle a nuestro Padre Celestial que nos resguarde de toda adversidad, y que si estamos en medio de una prueba, fortalezca nuestra fe.

Mi canción para el día de hoy es:





viernes, 3 de julio de 2020

¿Cuánto vale un hijo?




El amo de la joyería estaba tras el mostrador mirando distraídamente la calle. La puerta se abrió y entró en la tienda una niñita que se acercó y apretó su cara contra el vidrio de la vitrina donde estaban expuestas diversas joyas y collares. Sus ojos brillaron al ver un determinado objeto.

- “¿Me puede enseñar el collar azul, por favor?”, le preguntó al joyero.

- “¿El collar de turquesas?”, dijo éste.

- “Sí, señor, ese mismo. Es para mi hermana. ¿Me podría hacer un paquete bien bonito?”

- “¿Cuánto dinero tienes, niña?”, le preguntó el hombre.

Sin dudarlo ella sacó del bolsillo de su ropa, un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos. Colocó el contenido de monedas encima del mostrador y dijo feliz:

- “¿Verdad que es bastante? Son todos mis ahorros. Quiero hacer un regalo muy especial a mi hermana porque desde que mi madre murió ella cuida de mí y de mis hermanos y nunca se queja. Este collar tiene el color de sus ojos.”

El joyero cogió el collar delicadamente, lo puso en una cajita y lo envolvió con gusto haciendo un hermoso lazo para acabar su paquete.

- “Toma niña. Llévalo con cuidado y que tu hermana sea muy feliz.”

La niña se fue contenta, saltando calle abajo. Aún no había acabado el día cuando una linda jovencita de cabellos rizados y unos bonitos ojos azules, entró en la tienda . Colocó sobre el mostrador la caja con el collar de turquesas y preguntó:

- “¿Este collar fue comprado aquí?”

- “Sí, señorita.”

- “¿Me puede decir cuánto costó?”

- “Ah, señorita”, repuso el joyero, “el precio de cualquier producto de mi tienda es un tema confidencial entre vendedor y cliente.”

- “Pero señor”, continuó la joven, “mi hermana no tenía dinero para comprar este collar. Porque este collar es verdadero ¿verdad?”

El hombre tomó el estuche y lo envolvió de nuevo, con sumo cuidado, devolviéndolo a la joven:

- “Señorita”, dijo, “su hermanita pagó por el collar el precio más alto que cualquier persona puede pagar: dio todo lo que tenía.

El silencio llenó la pequeña tienda y dos lágrimas rodaron por la cara emocionada de la joven, a la vez que una sonrisa iluminaba su rostro. Dando las gracias, sus manos tomaron el paquete con el collar por el que su hermana había dado todo lo que tenía.

Y yo te pregunto: ¿Cuánto vale un hijo?

No tiene precio ¿Verdad? 

¿Será que vale todo lo que tienes?

¿O mucho más que eso?

No se si tengas hijos o no, pero yo que si tengo, puedo decirte que vale mucho más de lo que tengo o pueda tener, su valor es inmedible, no se puede valorar. 

¿Y si fuera tu único hijo?

Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac, así de grande era su amor por Dios.

Puedes leer la historia en Génesis capítulo 22

Romanos 5:7-8 dice:

"Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros."

¿Te imaginas? 

¿Recuerdas lo que escribí hace unos días sobre el hijo unigénito y la adopción de nosotros como hijos de Dios?

Allí te cité lo que dice la Palabra de Dios en Juan 3:16

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda más tenga vida eterna"

¿Cuánto pagó Dios por nosotros?

Te invito a escuchar la canción de hoy:





¿Hueles a Sándalo?




El abad de un monasterio del remoto Tíbet era un hombre muy anciano, pero con gran lucidez mental y notable energía.

En el monasterio había un buen número de novicios de las más diversas edades, así como algunos monjes. Bajo el límpido cielo azulado de la altiplanicie, en el reconfortante silencio de las montañas, novicios y monjes recitaban las escrituras, practicaban meditación y efectuaban las ceremonias litúrgicas. Pero había dos monjes que a menudo evitaban su presencia en estos actos y se dedicaban a charlotear sobre trivialidades.

El abad era un hombre muy paciente y, aunque era consciente del proceder de sus discípulos, nada decía. Prefería dejar pasar el tiempo para ver si los jóvenes, por ellos mismos, comprendían lo equívoco de su actitud. Era un lama comprensivo y que no coaccionaba a los aspirantes. Pero el tiempo discurría con la facilidad con que las nubes cruzan por el cielo, día tras día, en aquél recoleto lugar apartado del mundanal ruido. Los monjes persistían en su proceder y en verdad que cada día se iban tornando más abúlicos y ya apenas asistían a ningún oficio ni leían las escrituras ni practicaban la meditación.

El abad hizo llamar a los dos jóvenes y les atendió en su propia celda. Dijo en un tono afectivo:

- "No os puedo seguir ocultando que me duele ver día a día cómo consumís vuestra vida sin tratar de acercaros a vuestra naturaleza iluminada. Os habéis vuelto unos indolentes. No quiero reprenderos, porque cada persona debe responsabilizarse de sus actitudes, pero soy vuestro maestro y tengo que advertiros de que os habéis dejado ganar por la negligencia."

Los jóvenes se quedaron pensativos durante unos instantes. Miraron al venerable lama y vieron en su rostro surcado por las arrugas de la ancianidad cuánta paz y compasión se reflejaban. Olía a incienso y a través del ventanuco se podía contemplar el cielo azul turquesa. Detrás del lama, en uno de los muros de su austera celda, había una pintura de Buda en meditación. Uno de los jóvenes dijo:

- "Pero, venerable lama y respetado maestro, tú nos diste la iniciación. ¿No es suficiente para que, con el poder que nos transmitiste con la iniciación, podamos evolucionar? ¿No basta ese poder para que vayamos aproximándonos a la mente iluminada, al Nirvana?"

El anciano guardó un silencio perfecto. Los jóvenes se postraron ante él y abandonaron la angosta estancia. Pasaron unos días y he aquí que una hermosa mañana el venerable lama colocó en las manos de cada uno de los jóvenes un frasquito herméticamente cerrado que contenía el oloroso perfume de sándalo. Les dijo:

- "Colocad el esenciero en vuestra celda."

Los monjes, extrañados, dejaron el esenciero en las respectivas celdas. Si el lama así lo solicitaba, por algo sería. Y transcurrieron algunas semanas. Cierto amanecer, el abad se acercó a los monjes que, como era habitual en ellos, estaban holgazaneando, y les dijo:

- "Haréis penitencia. Os quedaréis en vuestra celda encerrados durante tres días, en ayuno."

- "Pero, ¿por qué?", protestaron perplejos los monjes.

- "Porque no oléis a sándalo."

- "¿A sándalo?", preguntaron cada vez más consternados.

- "Sí, a sándalo", dijo con firmeza el abad. "Os di un esenciero con sándalo y ningún día he apreciado que oláis al mismo."

- "Pero... ¿cómo vamos a oler a sándalo si el frasquito que nos diste lo hemos tenido cerrado? ", replicaron.

El abad, desde sus ojos profundos y elocuentes, les miró en silencio unos instantes. Luego rompió el amable silencio del amanecer para decir:

- "Además de holgazanes e indolentes, sois unos necios. ¡Claro que no podéis oler a sándalo, puesto que aunque os he obsequiado con el sándalo de mejor calidad, está herméticamente cerrado en el esenciero! De igual modo, os dí la iniciación más poderosa, pero en lugar de utilizarla y desplegar su poder en vosotros mediante la meditación, os habéis abandonado a vuestra indolencia. ¿De qué sirve que os haya obsequiado con el mejor sándalo si no lo habéis usado? De la misma manera, ¿de qué sirve que os diera una poderosa iniciación si con vuestra holgazanería habéis dejado que se extinga su llama?"

El día que hiciste la oración para recibir a Cristo, recibiste al Espíritu Santo. Fue el día en que decidiste seguir a Jesús, fue el día en que te convertiste en hijo de Dios.

Dime algo, ¿ya abriste el frasco de sándalo? ¿Sí hueles a sándalo? 

Lucas 4:18 dice:

"El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos"

Marcos 16:17-18 dice:

"Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán."

Te invito a esparcir el aroma de tu frasco de sándalo.

Mi canción para hoy es: 


 

jueves, 2 de julio de 2020

Yo estoy aquí de paso - Oración para Provisión




En el siglo pasado, un turista americano visitó al famoso rabino Chofetz Chaim...

Y se quedó asombrado al ver que la morada del rabino consistía, sencillamente, en una habitación atestada de libros. El único mobiliario lo constituían una cama, una mesa y una banqueta.

- "Rabino, ¿dónde están sus muebles?", preguntó el turista.

- "¿Dónde están los suyos?", replicó el rabino.

- "¿Los míos?", respondió, sorprendido... "pero si yo sólo soy un visitante... estoy aquí de paso", dijo el americano.

- "Yo también", dijo el rabino.

Esta es la palabra que nos da el Señor relacionada con la historia anterior.

Mateo 6:19-21

“No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino acumulaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban; porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”

Y no quiere decir que debemos vivir como el rabino, en completa y total austeridad, solo quiere que pongamos nuestro corazón en el tesoro que verdaderamente vale la pena. 

Si tu corazón está en las cosas equivocadas, esta categorización es para tí:

- Necio: La ansiedad te invade cuando de necesidades materiales y acumulación de riqueza se refiere

- Avaro: Primero el dinero, segundo el dinero y tercero el dinero.

-Infiel: Tu confianza en Dios se ve desplazada al confiar más en el dinero que en Él.

- Opresor: Obtienes tu riqueza a través o a costa de otras personas sin importarte su bienestar.

Mateo 6:33 dice: 

"Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”

¿A cuales cosas se refiere Jesús?

Para saber a qué cosas se refiere el Señor, debemos ir unos versículos más atrás, miremos en nuestra Biblia, allí nos habla de vivienda, de comida, de bebida y de ropa.

Y en Romanos 8:32 la palabra nos dice:

"El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?"

Esta es la promesa de Dios, siempre y cuando sepamos cumplir lo que nos pide.

¿Quieres otra promesa?

Mira 2 Corintios 9:8, es maravilloso lo que Dios nos promete allí:

"Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra"

En otras palabras que leí en un libro, esta promesa significa que Dios proveerá con generosidad todo lo que necesitemos. Entonces siempre tendremos todo lo necesario y habrá de sobra para compartir con otros.

De tal manera que si estás viendo el video cierra los ojos y haz esta oración conmigo...

Gracias Dios, por darnos esta promesa de provisión. 
Sabemos Señor que así como alimentas a las aves y vistes a las flores, así de esa misma manera podemos esperar de tí, alimento, techo y vestido.

Ayúdanos Señor a mantenernos en tu camino, a perseverar en tus mandamientos, que la búsqueda de tu reino sea nuestra prioridad en la vida, ya que tú Padre Santo suplirás todas nuestras necesidades.

Enséñanos qué es lo que debemos hacer para acumular nuestros tesoros en el cielo, para que nuestro corazón esté anhelando esos tesoros y no los terrenales Señor. No permitas que nos volvamos necios, avaros, infieles u opresores Señor. Aleja de nosotros esos pensamientos, líbranos Padre de caer en la ansiedad por los bienes materiales, líbranos de llegar a sentar nuestra confianza en el dinero y no en tí Señor, líbranos de la avaricia y de no llegar a oprimir a los demás para obtener lo que quiero.

Te lo pedimos Señor en el nombre de Jesús.

Amén.

Canción para hoy:





miércoles, 1 de julio de 2020

Qué cargas en tu corazón - Oración de protección




Al terminar la clase, ese día de verano, mientras el maestro organizaba unos documentos encima de su escritorio, se le acercó uno de sus alumnos y en
forma desafiante le dijo:

- "Profesor, lo que más me alegra de haber terminado sus clases es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré descansar de verle esa cara aburrida"

El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado.

El profesor miró al alumno por un instante y en forma muy tranquila le preguntó:

- "¿Cuando alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes?"

El alumno quedó desconcertado por la calidez de la sorpresiva pregunta.

- "¡Por supuesto que no!", contestó de nuevo en tono despectivo el muchacho.

- "Bueno", prosiguió el profesor. "Cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable, me está ofreciendo algo, en este caso una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar."

- "No entiendo a qué se refiere", dijo el alumno confundido.

- "Muy sencillo", replicó el profesor. "Tú me estás ofreciendo rabia y desprecio, y, si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo. Y yo, mi amigo, en verdad prefiero obsequiarme mi propia serenidad."

- "Muchacho", concluyó el profesor en tono gentil, "tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo, porque no me interesa. Yo no puedo controlar lo que tú llevas en tu corazón, pero de mí sí depende lo que yo cargo en el mío."


Hay personas en este mundo que aceptan todo lo que otras personas, resentidas, enfadadas, hirientes, le ofrecen y terminan amargándose la vida, ofendidas, heridas.

Pero además hay otras muy susceptibles, que se resienten por cualquier cosa, actos desprevenidos de otra persona lo toman como si fuera contra ellos, le ponen malicia a lo que no lo tiene, acciones bienintencionadas las toman como afrenta.

Esas personas tienen una armadura demasiado delgada, casi que no tienen piel porque toda palabra que le disparen (sea fuego amigo o enemigo) les pega en el corazón.

Además, duran ofendidas toda la vida, cargan con esa amargura y resentimiento en el corazón por años. 

Pero hay otras, como el profesor de este cuento, que deciden no recibir las ofensas mal hirientes de otras personas, su corazón no carga con la basura de los resentidos, de los violentos, de los agresivos.

Pídele a Dios que te dé una armadura más gruesa para que las flechas y los dardos que te disparen no le peguen a tu corazón. Que te cubra con su armadura, aquella de la cual la Palabra de Dios nos habla en Efesios 6:10-13 que dice:

10 Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor.
11 Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.
12 Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.
13 Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza.

Pidamosle a Dios a través de una oración que nos blinde con su armadura:

Señor, Padre amado, gracias te doy por hacerme llegar esta palabra en el día de hoy. Tú sabes cuánto la necesitaba Señor. 

Hoy te pido Señor, que me blindes con tu armadura, que no permitas que mi corazón se hiera, no permitas que me ofenda con los actos de otras personas contra mí o contra mis seres queridos.

Ayúdame a resistir Señor, a ser valiente, a no recibir esas flechas, esos dardos cargados de malas intenciones. Mantén mi corazón libre de toda amargura, de todo odio, de toda ofensa que quieran sembrar en él.

Protégeme con tu armadura Señor, te lo pedimos en el nombre de Jesús.

Amén.

Y aquí mi canción para hoy: