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domingo, 19 de julio de 2020

Floricienta y el Príncipe




Se cuenta que allá por el año 250 a.C., en la China antigua, un príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado emperador, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse.

Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.

Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración y sin poder creerlo le preguntó:

- "¿Hija mía, que vas a hacer allá? Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza. Sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura."

Y la hija respondió:

- "No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Yo sé que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca del príncipe. Esto me hará feliz."

Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío:

- "Daré a cada una de ustedes una semilla. Aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses será escogida por mí, esposa y futura emperatriz de China."

La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, sean: costumbres, amistades, relaciones...

El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado. Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo.

Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado. Consciente de su esfuerzo y dedicación, la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.

En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella.

Finalmente llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven sería su futura esposa.

Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada.

Entonces, con calma el príncipe explicó:

- "Esta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en emperatriz: LA FLOR DE LA HONESTIDAD. Todas las semillas que entregué eran estériles."

2 Corintios 8:21, dice:

"Procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres"

La honestidad, la sinceridad, la transparencia, son valores que no sólo deben mostrarse ante Dios sino también ante nuestro diario vivir, en nuestro negocio, en nuestra familia, en nuestro empleo, en cualquier actividad que realices.

Debes ser honesto ante tu familia, ante tu esposo o esposa, ante tus hijos e hijas, Dios nos lo vuelve a recordar en el Salmo 51:6 que dice:

"He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría"

Es tan triste observar repetitivamente como personas que están luchando por conseguir un trabajo (por ejemplo), logran vincularse y luego lo pierden por deshonestos, por avivatos, por querer sacar tajada, por aprovechados, por torcidos.

Solo el camino que Dios nos indica en su palabra nos apartará de la condenación, 2 Timoteo 2:15 nos dice lo siguiente:

"Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad"

La canción que quiero compartir con ustedes hoy me parece muy hermosa: 



sábado, 6 de junio de 2020

La Salvación es un regalo de Dios

Una de las muchas cosas que me impactan de la palabra de Dios es la que tiene que ver con lo que dice la Biblia en Efesios 2:8-9

Efesios 2:8-9

Contrario a los que muchos pensarían, quienes se dedican a hacer buenas obras para ganar la salvación estarán perdidos. Porque sinceramente les digo, se de muchas personas que se dedican a hacer buenas obras solo para que los vean y digan: 

"Cómo es de bueno o de buena, mira como ayuda a los demás" 

"Así como es, tiene el cielo ganado" 

o ellos mismos se engañan diciéndose: 

"Cómo soy de bueno o de buena"

"Yo soy muy justo o justa"

Pero hoy quiero decirte, que la salvación es un regalo de Dios, no te la ganas por hacer buenas obras. Somos salvos no por obras sino por la fe para hacer buenas obras. Somos salvos por la gracia de Dios.

Si intentas ganarte la salvación viviendo de la mejor manera, haciendo sacrificios, siendo justo pero sin comunión con Dios, tu justicia será como trapo de inmundicia para Él. 

Al final el hombre no tiene poder para salvarse. Tampoco lo tiene la Iglesia. Solo Dios te salva, por su gracia y su misericordia. Isaías 64-6

Isaías 64:6


 Imaginate los siguientes escenarios:

- Si la salvación se ganara por buenas obras ¿cómo podrías predicarla ante hombres privados de su libertad, con una condena de muerte?

- Si la salvación se ganara por buenas obras ¿cómo podrías predicarla ante el lecho de un moribundo que no hubiese hecho ni una buena obra en su vida?

- Si la salvación se ganara por buenas obras, Por qué Jesús pudo decirle al ladrón que fue crucificado junto a Él: 

"De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso." Lucas 23:43

El recibió perdón de pecados por la gracia, a pesar de que no tenía ninguna obra de la cual gloriarse.

Pero quiero que tengas muy presente que ese regalo de Dios, el regalo de la salvación es por fe, siendo fiel al Señor, naciendo de nuevo en Cristo, aceptándolo como tu Señor y creyendo en tu corazón que Jesús murió por nuestros pecados y resucito de entre los muertos.



martes, 2 de junio de 2020

Aprende a decir NO

No hace mucho escuché a una mujer lamentándose porque había contraído matrimonio con un hombre al que nunca amó; y le pregunté que por qué lo había hecho, y me dijo que lo hizo porque él había sido muy especial con ella. Muy buena persona. Y ahora, después de un tiempo de casada, estaba arrepentida, ya tenía hijos y estaba convencida de que nunca lo ha amado y sentía que no era feliz.

Yo creo que alguna vez nosotros hemos incurrido en esos errores simplemente porque no tuvimos el valor de  decir NO!!!

Ese es un gran ERROR!!! No puedes comprometerte con algo que o bien no te gusta o no te sientes identificado. 

Yo creo que algunas vez hemos terminado acompañando a un amigo o a un familiar a hacer unas vueltas que no se ni por qué resultamos allá, en unas largas filas perdiendo el tiempo nosotros. Terminamos asistiendo a eventos que desde un comienzo no queríamos ir, pero no tuvimos la capacidad, la valentía de decir NO!!! Tal vez por no hacer sentir mal a la persona con la que estábamos. Otras veces sucede que nos han invitado a comer un plato que no nos ha gustado pero por dentro  sabíamos que no queríamos comer eso.

Y así, yo pudiera decir un poco de cosas que nos harían pensar en por qué no dije que NO!!! Decimos sí a todo sin medir el alcance de nuestros compromisos. 

Y no hace mucho le escuchaba a un jóven, que estaba inmerso en la promiscuidad sexual, decir qué puedo hacer? Y se justificaba diciendo: Es que todos mis amigos van de juerga y yo cómo le digo que no a esa invitación? 

Pues yo solo puedo decirte que nadie puede obligarte a hacer algo que no quieres y menos a pecar. Y tú me dirás: Entonces qué le digo a la persona que me está invitando? Cómo hago? Con tanta reunión en la empresa, en la oficina, en el colegio, en la universidad, en donde yo vivo, en donde trabajo... a mi me da pena negarme y terminar aceptando para después arrepentirme. Y yo te digo: Si te arrepientes es porque el resultado no es el mejor.

Entonces la gente anda así como sin saber que hacer, a lo mejor está con exceso de trabajo y muchas cosas por hacer por que no han aprendido a decir NO. 

La mayoría de las personas admiten que no duermen bien. ¿por qué? Porque tienen mucho trabajo, tienen muchos compromisos, porque están cansados, estresados. ¿Sabes por qué? Porque están atrapados en un circulo interminable de tareas que han asumido y que no han sabido administrar porque no saben decir NO!!!  

¿Por qué decir sí a todo? ¿El asunto aquí es por qué tienes que andar diciendo sí a todo? A trabajos innecesarios, a demasiadas cargas que no puedes llevar sobre tus hombros, invitaciones a las que de entrada no debes asistir.

La palabra de Dios en Mateo 5:37 dice:
"Cuando ustedes digan sí que sea realmente sí, y cuando digan no que sea no, cualquier cosa de más proviene del maligno"
 
Así que te invito para que con la ayuda de Dios, evalues los compromisos que jamás debiste asumir e igualmente la necesidad de decir NO cuando debes decirlo. No nos comprometamos más allá de nuestras fuerzas, esto es por ti, por tu salud.

Así que tienes que evaluarte, identificar tus errores, corregirlos y aprender a decir NO. 

A quien jamás debes decir no, es a Cristo Jesús, a Él le tienes que decir SI siempre. Él debe morar en tu corazón, es el principio de una vida victoriosa.

Hoy es el día para tomar esa decisión, así que abramos la puerta de nuestro corazón y digamos: 
Dios ayúdame a decir NO o a decir Sí, que mi NO sea verdadero y que mi Sí también lo sea. Que sea contundente yo en mis palabras, que eso me da credibilidad  ante los demás. Que yo aprenda a decir NO, que deje de pensar que me da pena, que qué vergüenza. En el nombre de Jesús te doy  gracias por esta oportunidad de aprender. Amén.